Con un sistema de generación y transporte de energía al límite, el inicio del verano suma tensiones: la central térmica Manuel Belgrano tiene problemas para funcionar por la rotura del sistema de bombeo.
De acuerdo a lo que pudo averiguar El Post Energético, desde el 11 de diciembre una falla en sistema de marca Torishima afecta el funcionamiento de la central ubicada en Campana, que cuenta con dos turbinas de gas y una de vapor, esta última actualmente fuera de servicio, lo que deja a la usina con con 285 MW menos para los picos de verano, sobre una potencia total de 823 MW.
La central Manuel Belgrano es operada por Enarsa, la empresa que el Gobierno busca desguazar y cerrar. El mantenimiento y reparación de los equipos corre por parte de Siemens, con quien la compañía que dirige Tristán Socas tendría mala relación, de acuerdo con algunas versiones por la acumulación de deudas impagas.

Con un sistema de transporte colapsado por las falta de obras, y la licitación del plan AMBA I demorada por los problemas que tiene la secretaría de Energía, que conduce María Tettamanti, para conseguir el financiamiento para que el proyecto lo haga un privado, la termoeléctrica Manuel Belgrano es clave para abastecer a la ciudad de Buenos Aires y las localidades circundantes, ya que se trata de energía de base generada en el corazón de la demanda.
El plan AMBA es un proyecto de unos 1.100 millones de dólares que incluye una estación transformadora en Plomer y líneas de alta tensión para poder inyectar más energía en Buenos Aires y el conurbano, que tienen un pico de demanda de 11.500 MW pero no puede importar de otras regiones del país más de 7.000 MW, según detalló en su momento la secretaria de Energía.
Por otra parte, el abastecimiento del AMBA ya viene con problemas por los trabajos de extensión de vida de Atucha I, que aporta más de 362 MW. Si bien el Gobierno licitó la construcción de baterías (BESS) por un total de 713 MW para garantizar los picos de consumo, recién estarán disponibles para el verano del año que viene.