Se trata del plan “AMBA 1”, un conjunto de líneas y estaciones transformadoras que permitiría transportar 1.500 MW nuevos a la región metropolitana de Buenos Aires, fundamentales para atravesar los picos de consumo.
Se trata del plan “AMBA 1”, un conjunto de líneas y estaciones transformadoras que permitiría transportar 1.500 MW nuevos a la región metropolitana de Buenos Aires, fundamentales para atravesar los picos de consumo.
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El próximo verano nuestro país se verá afectado por temperaturas mayores a las habituales y habrá un faltante de energía hasta 2.500 MW a nivel nacional, de acuerdo a informes privados y a los datos que manejan las autoridades. En el caso de Buenos Aires y el conurbano, principal nodo de consumo del sistema, la situación tiene un agravante: las líneas de transmisión y las estaciones transformadoras no poseen más capacidad, es decir que habrá energía que no se podrá transportar.
Esta situación no es nueva: en el sector es conocida desde hace tiempo al igual que la solución: el denominado plan “AMBA 1,” desarrollado por la secretaría de Energía durante la gestión anterior y aprobado en 2023 mediante la resolución 507, firmada por Flavia Royón.
Dicho plan de obras consiste en una estación transformadora de 500 kv, 520 kilómetros de líneas de extra alta tensión y 170 kilómetros de otros tendidos menores, de acuerdo al detalle que presentó Transener -empresa a cargo de la operación de las líneas de alta tensión troncales- en una jornada de la Universidad Austral. Esteban Borga, uno de sus ejecutivos, señaló que este plan, que llevaría 3 años de construcción, tiene un costo de 1.070 millones de dólares y permitiría que ingresen 1.500 MW nuevos de generación al AMBA, provenientes del Comahue y de los parques eólicos de Bahía Blanca, lo que implicaría un ahorro para el sistema de despacho.
Si bien en la administración anterior, la Secretaría de Energía alcanzó acuerdos con China para que financie el proyecto, las internas dentro del Frente de Todos impidieron su concreción, al igual que de otros proyectos de energía que iba a solventar el gigante asiático.
Financiamiento alternativo
La propia empresa Transener presentó al gobierno una propuesta de financiamiento a través de un “estampillado”, es decir de un plus en cada factura de alrededor de 1,4 por ciento en promedio, que permitiría en 6 meses reunir los recursos para comenzar la obra y luego 3 años más para su repago. En el sector destacan que la ventaja de esta opción es que no tiene costo financiero.
“Con este mecanismo pagan por la obra los beneficiarios, que son todos los usuarios en particular del AMBA”, indicaron desde Transener, aunque las autoridades de energía no están de acuerdo con sumar ítems en las boletas, en medio de la pelea por las tasas municipales, y porque no concuerda con su filosofía de que estas obras las debe financiar el mercado.
Cabe recordar que por la imposibilidad de “importar” generación de afuera del AMBA, la Ciudad de Buenos Aires y los partidos que la rodean -en particular el primer cordón- dependen casi exclusivamente de las centrales térmicas Puerto y Costanera, que tienen algunos equipos más antiguos que suelen romperse ante mucha demanda y además son más contaminantes.