El Gobierno autorizó la venta del 44% de las acciones de Nucleoeléctrica, a la vez que un 5 por ciento será para los trabajadores, aunque crecen las críticas de sectores políticos y gremiales.
El Gobierno autorizó la venta del 44% de las acciones de Nucleoeléctrica, a la vez que un 5 por ciento será para los trabajadores, aunque crecen las críticas de sectores políticos y gremiales.
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El Gobierno oficializó el inicio de la privatización parcial de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa estatal que opera las centrales nucleares. Milei firmó el decretó que autoriza la venta del 44 por ciento y la entrega a los trabajadores del 5 por ciento de las acciones de la compañía, en la que el Estado quedará con mayoría y la acción de oro para decisiones estratégicas.
Mediante el decreto 695/2025, la gestión libertaria busca desprenderse de parte de la compañía, presidida por Demián Reidel, que tiene a su cargo Atucha I -parada por extensión de vida-, Atucha II y Embalse.
Uno de los cambios respectos a los borradores que se habían filtrado es que la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) conservará el paquete del 20 por ciento de las acciones que posee y todo los papeles que se venderán corresponden a NASA.
El proceso estará a cargo de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, una unidad bajo la órbita del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, que comanda el mendocino Diego Chaher.
Nucleoeléctrica Argentina tiene dos obras clave en marcha: la extensión de vida de Atucha I y un almacenamiento de elementos combustibles. En el sector existen dudas sobre la continuidad de esos proyectos en caso de que ingrese un privado.
De todos modos, no son pocos los que consideran “innecesaria” la venta de las acciones, además de que no se avizora sencillo que un privado se interese en una empresa que no controlaría.