Buscan privatizar Transener mientras se posterga una obra clave para evitar cortes en el verano

El Gobierno anunció que se va a desprender de las acciones que tiene el Estado en la transportista eléctrica a través de Enarsa, a la vez que por diferencias internas se traba la licitación del Plan AMBA 1.

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Post Energético

El Gobierno confirmó su intención de vender las acciones que tiene en Transener, empresa que opera las líneas troncales de transporte de energía. El anuncio estuvo a cargo de Daniel González, secretario coordinador de Energía y Minería, quien aprovechó el tradicional almuerzo por el Día del Petróleo para hacer público lo que se venía hablando por lo bajo. 

De acuerdo con lo expresado por el funcionario, la idea de la administración libertaria es desprenderse del paquete accionario que tiene Enarsa en la compañía transportadora, que consiste en el 50 por ciento de Citilec (la controlante), mientras que la otra mitad está manos de Pampa Energía, la empresa que comanda Marcelo Mindlin.

A su vez, el 50 por ciento restante se reparte entre la bolsa y un remanente que tiene el ANSES por el Fondo de Garantía Sustentabilidad (FGS), que no se sabe si también se pondrán a la venta. Fuentes de la industria apuntan al propio Mindlin como el principal interesado, aunque el Gobierno dejó trascender que busca inversores extranjeros.

Desde que asumió Milei, las tarifas de Transener aumentaron un 258 por ciento, lo que implicó un incremento del 118 por ciento en ganancias de la empresa, que se ocupa de la operación y mantenimiento de las redes, quedando fuera su responsabilidad la ampliación. 

Con la decisión de privatizar Transener, se posterga la licitación del plan AMBA 1, un conjunto de obras que es fundamental para el abastecimiento de la ciudad de Buenos Aires y alrededores, donde por el colapso de las líneas no se puede inyectar más energía, lo que podría provocar un faltante en los picos de demanda.

Este plan, que llevaría 3 años de construcción, tiene un costo de 1.070 millones de dólares y permitiría que ingresen 1.500 MW nuevos de generación al AMBA, provenientes del Comahue y de los parques eólicos de Bahía Blanca, lo que implicaría un ahorro para el sistema de despacho. Si bien fue desarrollado durante la gestión anterior e incluso se firmó un contrato comercial con una empresa China, que también conseguía el financiamiento, las internas en el Frente de Todos -en particular por la negativa de Gustavo Béliz a dar luz verde a los proyectos del gigante asiático- impidieron el avance del proyecto.

Ahora la historia parece repetirse: María Tettamanti, la secretaria de Energía, confirmó a principios de diciembre la licitación de AMBA 1 como parte de una iniciativa privada de Transener, que se costearía con un “estampillado”, es decir con el aporte de los usuarios, que comenzaría incluso antes que las obras. 

Sin embargo, el propio González deslizó la semana pasada que se trata de una idea “en estudio”, a la vez que trascendió la oposición de los técnicos de CAMMESA, la empresa que maneja el despacho mayorista de energía que conduce Mario Cairella, cercando al asesor Santiago Caputo. 

Es que la iniciativa impulsada por Tettamanti va a contramano de la decisión oficial de cerrar todos los fideicomisos -a los que consideran “un curro”- además de que implica que los usuarios del interior paguen por una obra que beneficia a la capital del país y sus alrededores.

La cartera de Energía hizo trascender en las últimas horas que por ahora no avanzará con el “estampillado”, mientras se aguarda el inicio de la temporada de altas temperaturas, que pondrá a sistema al límite, sin poder importar energía de Brasil y luego de un fuerte aumento en las boletas que pagan los usuarios.