La salida de Francos complica el reinicio de las represas de Santa Cruz

El Jefe de Gabinete era el único funcionario nacional que mantenía un vínculo cercano con el embajador chino y para que se retomen las obras, paralizadas desde 2023, debe finalizar la renegociación del contrato.

Por

Post Energético

En su último raid mediático, cuando descontaba su continuidad en el cargo, al punto que llegó a citar “Como la cigarra” de María Elena Walsh, el todavía jefe de Gabinete Guillermo Francos aseguró que se iban a retomar los trabajos en las represas de Santa Cruz, paralizadas desde 2023. Pocas horas después, Mieli sorprendió con su reemplazo por el vocero Manuel Adorni y se abrieron interrogantes sobre la continuidad del proyecto. 

Francos había destacado el trabajo realizado con el embajador de China, Wei Wang, y con el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, para retomar las negociaciones por la readecuación del contrato de la obra, que sufrió varias modificaciones desde su inicio. 

Antes del portazo, el ahora ex jefe de Gabinete puso en valor la firma de un acuerdo con la empresa Gezhouba, ante el insistente reclamo del Gobierno de Santa Cruz aunque después reconoció que se seguía discutiendo la renovación del acuerdo, en referencia a la adenda XII al contrato original. 

La discusión ya lleva un largo tiempo. En mayo de 2023, el entonces ministro de Economía, Sergio Massa anunció desde Beijing que se había alcanzado un acuerdo para retomar los desembolsos. Sin embargo, desde la empresa estatal Enarsa, que conducía Agustín Gerez, nunca se pudo terminar de resolver el asunto. Algunos apuntan al rol de un estudio jurídico externo por dilatar los plazos.  

Fuentes cercanas a la negociación  aseguraron a El Post Energético que “las gestiones se siguen entre la UTE y ENARSA con el objetivo de comenzar tareas paulatinamente antes de que termine el 2025”. 

Lo cierto es que ahora reina la cautela en todas las partes involucradas. Desde la provincia de Santa Cruz siguen de cerca el proceso de negociación entre la UTE y Enarsa, por el fuerte impacto que tendrá tanto por el empleo como por la actividad económica que pueda volver a ponerse en marcha la construcción de la represa Jorge Cepernic, de un avance cercano al 40%.