Europa quiere bloquear los hidrocarburos rusos pero aparecen dudas sobre el abastecimiento

El Parlamento Europeo acordó poner fin para finales de 2027 a los envíos de gas y petróleo de Rusia al Viejo Continente tras la guerra en Ucrania, pero Hungría y Eslovaquia desafiaron la medida para no poner en riesgo su abastecimiento.

Por

Post Energético

Diplomáticos de la UE y legisladores del Parlamento Europeo acordaron eliminar gradualmente las importaciones de gas ruso para finales de 2027, como parte de un esfuerzo para poner fin a la década de dependencia del bloque. También acordaron presentar a comienzos del próximo año una propuesta para prohibir todas las importaciones de petróleo a partir de 2027.

Pero este anuncio tuvo sus particularidades, ya que ante el riesgo real de sufrir escasez de suministro y aumentos de precios, dos miembros de la UE recibieron exenciones a la importación del petróleo proveniente de Moscú: Hungría y Eslovaquia, que se opusieron durante mucho tiempo a la iniciativa de la prohibición y aún reciben combustible ruso a través del oleoducto Druzhba.

Esta decisión reforzó las dudas sobre la factibilidad de implementar el bloqueo a las importaciones rusas: como concesión a Hungría y Eslovaquia, la Comisión Europea dijo que la prohibición, prevista para septiembre de 2027, podría retrasarse ligeramente hasta noviembre de ese mismo año si los Estados miembros enfrentan dificultades para llenar sus reservas de gas en los próximos 24 meses.

Sin embargo, los funcionarios de la UE se mostraron optimistas con la medida. “Finalmente, y para siempre, estamos cerrando la llave del gas ruso”, dijo Dan Jørgensen, el comisario de Energía europeo, quien además afirmó que la prohibición marcaba la elección de Europa por la “seguridad e independencia energéticas” y que el bloque “nunca volverá a nuestra peligrosa dependencia de Rusia”.

En la misma línea, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, manifestó: “Hoy detenemos estas importaciones de forma permanente: al agotar los fondos de Putin, nos solidarizamos con Ucrania y apostamos por nuevas alianzas energéticas y oportunidades para el sector”.

La réplica llegó desde Hungría: el ministro de Relaciones Exteriores, Péter Szijjártó, afirmó que en cuanto la prohibición se adopte formalmente, su país la desafiará ante los tribunales de la Unión Europea. “El trabajo preparatorio ya está en marcha. Haremos todo lo necesario para defender la seguridad energética de Hungría“, dijo en su cuenta de la red social X.

Pero el funcionario húngaro fue más allá y afirmó haber conversado con su colega de Eslovaquia para coordinar los pasos a seguir. El gobierno eslovaco —que mantiene relaciones abiertas con Rusia al igual que Hungría— analizó sus opciones legales, pero no especificó qué medidas adoptaría. “Tenemos suficientes fundamentos legales para considerar la presentación de una demanda. Acordamos que pronto presentaremos en qué medida la Comisión Europea ha cumplido los compromisos que nos asumió”, declaró el primer ministro eslovaco, Robert Fico.

La situación que enfrentan Hungría y Eslovaquia es compleja, ya que los planes de eliminación gradual de la energía son legislativos y solo requieren el apoyo mayoritario de los Estados miembros, lo que los deja sin posibilidad de bloquear la aprobación. En ambos casos, los gobiernos temen que las alternativas a los combustibles rusos sean más caros y que impacten directamente sobre sus economías.

Por ahora, los negociadores de la UE acordaron que, en caso de futuros shocks de suministro de combustibles, la prohibición de 2027 podría levantarse temporalmente si un Estado miembro declara un “estado de emergencia”, previendo un escenario complicado de cara al futuro.

 Antes del inicio de la guerra en  Ucrania en 2022, la UE obtenía aproximadamente el 40% de su gas de Rusia, pero diversificó rápidamente el suministro y se volcó a la energía renovable cuando Moscú comenzó a cortar los flujos a finales de 2021. El bloque ahora obtiene la mayoría de su gas de Noruega y Estados Unidos. A pesar de la reducción en los suministros por gasoducto, las importaciones de GNL desde Rusia aumentaron a partir de 2022 y han sido objeto de sanciones por separado por parte de la UE. Pero estas últimas, tras un acuerdo entre los países en octubre, quedarán prohibidas desde abril de 2026.