A noviembre, el acumulado en 2025 es de USD 6.911 millones, es decir un 42% por encima del año anterior, con exportaciones por más de USD 10.000 millones por el petróleo de Vaca Muerta mientras que la importaciones de gas cayeron fuertemente por obras de infraestructura.
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Luego de varios años en que la balanza energética resultaba un dolor de cabeza para las cuentas públicas, gracias a obras de infraestructura, que permitieron reducir importaciones de gas y potenciar las de petróleo, el saldo del sector se ubicará por encima de los 7.000 millones de dólares, aportando una parte importante del superávit comercial que aún mantiene la economía argentina.
Este superávit es un 42 por ciento mayor al del mismo lapso de 2024, cuando se ubicó en 4.850 millones de dólares. El dato saliente es que las exportaciones rompieron la barrera de los 10.000 millones de dólares, mientras las importaciones apenas superaron los 3.000 millones de dólares, según las estadísticas del Intercambio Comercial Argentino (ICA) del INDEC.
La caída en las compras de energía al exterior se deben principalmente a que por el ex gasoducto Kirchner -rebautizado Perito Moreno por la gestión libertaria- y la reversión del Gasoducto Norte, se dejó de comprar gas a Bolivia (solo lo hicieron en forma puntual algunos comercializadores privados), además de que se redujo de 30 a 27 la cantidad de barcos de gas natural licuado que arribaron al puerto de Escobar.
Asimismo, la producción de petróleo alcanzó un récord de 859 mil barriles diarios, lo cual fue posible por mayores exportaciones a través de la ampliación del oleoducto Oldelval -llamada Duplicar- y los mayores envíos a Chile, quien también incrementó sus compras de gas, a través de los ductos que vinculan ambos países.
