“El desafío es cómo disputamos el control por los recursos energéticos”

El especialista Nicolás Malinowsky presentó su primer libro, Crítica de la Energía Política, acompañado del ex presidente de CNEA Diego Hurtado y las periodistas Luciana Glezer y Rosalía Constantino.

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Post Energético

En un contexto geopolítico donde los principales conflictos globales están atravesados por el control de los recursos energéticos, el especialista Nicolás Malinowski presentó su primer libro, Crítica de la Energía Política, en el que se propone pensar el sector desde los intereses geopolíticos en disputa y debate qué posicionamiento debe adoptar nuestro país en un escenario complejo, cambiante y dinámico. 

La presentación fue realizada en la librería y editorial La Libre en San Telmo, con la participación de Diego Hurtado, ex presidente de la CNEA y las periodistas Luciana Glezer y Rosalía Constantino, quien ofició de moderadora ante una sala colmada. 

“El principal eje que tiene este libro es la crítica de la energía política, pensar la energía desde la crítica política es un desafío para no caer en un debate meramente técnico o corporativo”, abrió Malinowsky y agregó:  “Es un sector en disputa en el mundo, hay guerras por la energía. Pensar cómo disputamos el control por los recursos energéticos en un país tan rico en energía como es Argentina es el primer desafío que intenta abordar el libro”.

El autor también destacó que el libro trabaja la transición energética como uno de los grandes ejes a debatir: “Debemos pensarla porque tiene una connotación de las grandes corporaciones de que debemos sustituir la energía en nuestro país para evitar la crisis climática, mientras que Estados Unidos, como lo dijo esta semana en un documento, piensa que es una cuestión ideológica”. 

En esa línea, Malinowsky señaló que “hay un debate muy fuerte de qué sistema energético se va a configurar para el mundo, que está en transición, en una crisis y en una disputa global entre Estados Unidos y China”. 

El trabajo también se propone pensar qué hay detrás de la energía, que suele presentarse como un “fetiche”. Por eso hay que indagar qué intereses en disputa del poder económico están presentes. “La dimensión del sector energético no es solamente una cuestión técnica para abastecer energía al uso diario. El ciudadano nota cuando falta la energía o suben las tarifas pero cuando se normaliza la infraestructura energética es algo que no se conoce. Tratar de develar ese fenómeno y que se discute ahí atrás es el gran problema del presente y del futuro. sobre todo cuando vemos el bloque de poder que se está configurando en torno a Vaca Muerta, del litio y de los grandes recursos de nuestro país”, completó.

Por su parte, Glezer destacó que el libro plantea qué espacio tiene la política cuando las “estructuras heredadas no te dan espacio para la maniobra”. “El sector energético es insoslayable para discutir qué país queremos. Es condición necesaria para empezar cualquier debate. Cómo ir corriendo ese corset de estructuras heredadas, es algo que podemos pensar gracias a trabajos como el de Malinowsky”. 

A su turno, Diego Hurtado se refirió a la transición  energética como un “tema complejo que no entra en nuestras cabezas”. “Lo que supone cambiar la estructura energética de todo el planeta, por lo menos en lo dice en la letra, transicionar desde los hidrocarburos hacia a las energías renovables, algo que no está ocurriendo”, señaló y agregó: “Hay muchas narrativas sobre la transición energética, organismos globales, que toman decisiones y ponen metas pero el capitalismo va como el titanic en la misma dirección. Hablar de transición energética necesita de apuesta política, de mirada hacia el futuro, de qué mundo queremos construir”. 

El problema del RIGI

Luego la periodista Rosalía Constantino introdujo de debate por el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), al que caracterizó como una “transferencia de ingresos fenomenal que se van a llevar el capital petrolero local y transnacional”. 

Malinowski recogió el guante y destacó que “escribir y pensar nos habilita nuevas alternativas para salir de situaciones como la del RIGI”. “Cada proyecto no aprobado es una pequeña victoria porque nos ata por 30 años”, señaló y recordó que dicho régimen se  aprobó como parte de la Ley de Bases, con una fuerte represión en la calle.

“El RIGI nos posiciona en el tablero energético global, en el rol que se le da a los países del sur global como Argentina, como un engranaje”, explicó el autor y puso como ejemplo el sector nuclear, en el que Estados Unidos relanzó su plan en mayo pasado y en  documento de Seguridad Nacional, firmado por Trump días atrás, se propone recuperar la conducción del sector energético en tres ejes: petrolero. gasífero y nuclear. 

“Argentina se posiciona como un engranaje subordinado a esa política norteamericana, cuando el sector nuclear es un ejemplo de soberanía nacional”, concluyó.