Japón quiere reactivar la central nuclear más grande del mundo, operada por la misma empresa que administra Fukushima

La planta nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, la más grande del mundo, está paralizada desde el terremoto y tsunami de 2011, que provocó el desastre en la central Fukushima Daiichi y provocó la muerte de 18.000 personas. La empresa operadora, TEPCO, es la misma en ambas usinas.

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Post Energético

La semana pasada, Hideyo Hanazumi, gobernador de la provincia de Niigata, anunció en conferencia de prensa que “aprobaría” la reanudación parcial de las operaciones de la central de Kashiwazaki-Kariwa, supeditada aún a la autorización definitiva del organismo regulador nuclear japonés.

Al igual que el resto de los reactores nucleares de Japón, Kashiwazaki-Kariwa fue paralizado luego de la tragedia de 2011. Desde entonces, 14 reactores han reanudado sus operaciones, la mayoría en las prefecturas del este y el sur, tras la imposición de estrictas normas de seguridad. Kashiwazaki-Kariwa sería así la primera central nuclear que la empresa TEPCO (Tokyo Electric Power Company), operadora de Fukushima, ponga de nuevo en operaciones desde el terremoto y tsunami de 2011.

Esta decisión resulta relevante debido a la altísima dependencia de Japón respecto a los combustibles fósiles importados: su objetivo es continuar con el proceso de reactivación de la energía atómica y así reducir el peso de las centrales térmicas a carbón e hidrocarburos de un 70% al 30-40% de su mix eléctrico para 2040.

Las unidades 6 y 7 de Kashiwazaki-Kariwa pasaron las revisiones para su reactivación en 2017, pero se le ordenó posteriormente permanecer inoperativa por fallas en la seguridad contra ataques terroristas. En diciembre de 2023 se dio el visto bueno a las medidas adoptadas y desde entonces TEPCO viene realizando los trámites necesarios para ponerlas en marcha, aunque aún no hay una fecha determinada.

La reanudación de las operaciones de la central nuclear genera divisiones entre los residentes de la provincia de Niigata: una encuesta publicada por la prefectura local en octubre indicó que el 50% estaba a favor, mientras que el 47% se opone. Además, casi el 70% de los habitantes de la prefectura estaban preocupados por la gestión de la planta por parte de la operadora TEPCO. Al respecto, el gobernador Hanazumi declaró que la decisión final se debatiría en diciembre en una asamblea gubernamental de la prefectura, donde solicitaría la aprobación de la asamblea.

Por su capacidad, la planta de Kashiwazaki-Kariwa es una pieza clave en el plan de suministro energético del gobierno japonés, ya que la primera ministra, Sanae Takaichi, y el secretario jefe del gabinete, Minoru Kihara, apoyan su reactivación para fortalecer la seguridad energética del país, como parte de una estrategia nacional de impulsar las nucleares con vistas a alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones.